sábado, 5 de abril de 2008

El móbil

De camino a casa iba cantando, como siempre solía hacer por esas calles que no inspiraban a nada ni a nadie. De pronto se paró a ver la lluvia que lentamente caía sobre el pavimento, pero se dió cuenta que hasta ese momento no se había percatado de que estaba lloviendo. De reojo, consiguió ver una moto que se alejaba al fondo entre el ruido de su tubo de escape semi-trucado.

Llegó a casa y encendió la luz, todo permanecía igual a como lo había dejando antes de marcharse. Un poco desequilibrado, por la ingesta de alcohol, decidió tumbarse en su cama y allí se quedo mirando al techo, que como siempre permanecía con ese color blanco amarillento por la refracción de la luz. Decidió coger su móbil y mandar un mensaje, escribió lo primero que se le ocurrió y lo mandó.

Tras unos cuantos minutos contemplando el techo de su habitación se vió sobresaltado por el ruido del móbil en contacto con el suelo de madera. La vibración le incitó a cogerlo y una vez que lo tuvo en sus manos, desolado, lo volvió a soltar y colocar en el mismo sitio que había estado hace solo 10 segundos antes, se dió la vuelta y se quedó dormido. " Apague el mobil, no tiene usted bateria", esa fue su contestación.

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